“All your mental armor drags me down
nothing hurts, like your mouth” Bush (Mouth)
Hola a todos, soy nuevamente Sparrow. Hoy les traigo un tema muy importante para aquellos Lobos que quieran jugar en las ligas mayores, es decir, para aquellos que sientan la necesidad de una mujer hermosa a su lado. Como todas las mujeres no son iguales, afortunadamente, no podemos emplear las mismas estrategias con todas, ya que, las mujeres, si bien son mujeres… hay mujeres y mujeres. ¿No sé si se entiende? Están las Lobas, las lobitas, las caperucitas, las cenicientas, etc. En general, los maestros de la seducción creen en el siguiente principio: cuanto más hermosa sea una mujer más predecible será su comportamiento, por el hecho de compartir experiencias de vida más o menos similares. ¿Qué decís Sparrow, has vuelto a beber? No, no, yo no bebo más que una copita de oporto en nochebuena… ¿ Por qué decís eso? -Me preguntarán. Bien, me explico mejor. Las mujeres hermosas están acostumbradas a recibir todo tipo de atenciones durante la mayor parte del tiempo, pues si algo abunda en el mundo son los lobitos, que no se tienen suficiente confianza a la hora de generar atracción y seducirlas, quienes se comportan con ellas como si fuesen algo inalcanzable. El comportamiento de la mayoría de los hombres condiciona, de alguna manera, el perfil psicológico de este tipo de mujeres. Claro que, ellos no son los únicos culpables de este fenómeno, también ayuda bastante el hecho de que en nuestra cultura, las personas hermosas reciban un trato preferencial al que reciben las demás.
Cuando encuentran un hombre atractivo que no le pone atención, inmediatamente se empiezan a interesar en él; y si este hombre es capaz de mostrarle algo de desaprobación, créanme que su interés pasará a ser “enamoramiento” (lisa y llanamente). Los maestros de la seducción encontraron un término para referirse a una estrategia concreta de desarme: el nega. Los negas son expresiones que intentan desarticular a la mujer de ese “mundo ideal” construido en su cabeza, de esa “armadura mental” con la cual las caperucitas se protegen de los lobitos con garras tullidas. Son comentarios que llevan un poco de venenito y son de lo más eficaces.
Las mujeres, y en especial este tipo de mujeres, detestan a los antiseductores lisonjeros, también conocidos como babosos: esos tipos que, sin ponerse colorados, les dicen cosas como: “te bajaría la luna por un beso”; “tenés unos ojos muy bonitos”; “siempre soñé con una mujer como vos”. En esas expresiones el hombre se suele colocar en una posición de inferioridad respecto a ella, y por supuesto, ella no duda un segundo en tratarlos como “inferiores”. Si uno se cree menos de lo que vale, la mujer no sólo lo sentirá así, sino que no dudará en hacérselo saber.
Reformulo un poco la idea anterior: quizás no los detesten del todo, tal vez los toleren; pero sólo los querrán como amigos, jamás como amantes. Una mujer hermosa no necesita un perro faldero a su lado, que se crea indigno de ella; pues si algo sobra en el mundo son babosos y necesitados. Una caperucita que esté acostumbrada a ese tipo de atenciones buscará alguien distinto; alguien que no caiga fácilmente rendida a sus pies, que no le haga favores para “comprar su amor”; alguien que sea capaz de plantarse y decirle, sin titubeos: “No, flaca, no me jodas”.
Un nega debe administrarse como un medicamento para la salud; es decir, no debe intentar “matar al paciente”, sino por el contrario, debe ser como un curativo para sus dolencias. ¿Cuál es la dolencia es estos casos, Sparrow? Su pedestal imaginario. Nunca debe decirse un nega en broma, al menos no como un chiste, debe hacerse de forma tal que la afecte. Por ejemplo, si la mujer en cuestión es esbelta, debe hacerse un comentario dirigido a su delgadez, pero en un sentido negativo. ¿De que forma? De las siguientes maneras:
Este diálogo imaginario, que a continuación reproduzco, señala un momento posterior a la apertura. ¿Ok? Ya hemos abierto; hemos logrado que nos preste atención; es el momento en que comienza a evaluarnos con luz amarilla.
Ella: ¿Y tenés varios camperas de cuero como esa?
Lobo: Sí, generalmente, suelo usar camperas de cuero. La gente dice que no abrigan mucho, y que no son adecuadas para el invierno; pero a mí me gusta usarlas porque he notado que, a las mujeres en general, les encanta. (Dicho en un tono completamente neutro y para darnos valor ante ella). Hablo de todo tipo de mujeres… de las que están buenas como de las que no lo están (pausa… aquí se podría actuar un poco, como dándole a entender que hemos cometido un error; el cual es, por otro lado, completamente fingido). La idea es sugerirle (no decirle) a ella que podría ser una de las chicas que no estén buenas.
Ella sentirá curiosidad por saber cuál es nuestra “verdadera” opinión sobre ella, y hará preguntas buscando nuestra aprobación. Así de sencillo. Posteriormente, en algún momento de la charla, pueden soltar cosas (negas) tales como:
-El suéter/pantalón/ te queda muy bien, te hace un poquito más corpulenta.
-Esas botas te quedan muy bien, disimulan tu baja estatura.
-Me gustan mucho tus manos son fuertes como las de un deportista.
Lo importante es entender que los negas (yo prefiero llamarlos desestabilizadores) sólo buscan dos cosas:
1º) Desarmar a la chica;
2º) Darnos valor ante ella.
Recuerden: Los negas no tienen por finalidad ofender, injuriar, agredir, etc. Es sólo un arma (que lleva un poquito de veneno) para poder entrar en un plano de igualdad (o de ligera superioridad del varón con la chica) para casos en que, la mujer, esté acostumbrada a ser endiosada por el sólo hecho de ser hermosa.
En ocasiones en que estén hablando en un grupo (set) pueden usar expresiones que contengan también un poco de humor. Lo importante aquí no será tanto lo que se diga, sino la forma en que lo hagan.
-Ah, ella también sabe hablar, ¿pensé que era muda?
-Habla siempre así, tratando de que impresionarlos a todos.
Recuerden esto: la idea no es aniquilar a la mujer, no es agredirla, tan sólo desarmarla.
Es por esto que, yo les decía hace un tiempo, la seducción se da en un plano mental. En la seducción no hay sólo química, feromonas, como nos dice mentirosamente la publicidad, el cine, y las novelas de las tres de la tarde; sino ante todo un juego de “tiras y aflojes”, de insinuación y de demostración de valía. Si alguien no se halla dispuesto a jugar, a ser evaluados y a aceptar el hecho de que la propia dinámica del juego nos exige, por momentos, ser un tanto agresivos, pues no entenderá de qué se trata el asunto.
Por último, y para que les sea provechoso este post, les dejo un video del maestro Victor Malvado (espero que no se enoje por el uso de su material; y también aprovecho la oportunidad para agradecérselo). En el verán de qué forma debe aplicarse un buen desarme. Imperdible.
Nada más por hoy.
Un saludo a todos.