miércoles, 28 de mayo de 2008

Artillería pesada para francotiradores: Tercera entrega (¿Cómo decirlo?)


Hola a todos, soy nuevamente Sparrow transmitiendo desde Buenos Aires. Antes de que me olvide, les digo que me voy a tomar quince días de licencia blogueril para acelerar algunos trabajos que tengo demorados, por dedicarme demasiado tiempo al blog. Pero bueno, son sólo quince días. Ok.
Bien. Les traigo un tema que espero, les sea de utilidad a aquellas personas tímidas, o que aún no han podido desarrollar una suficiente confianza en sí mismas a la hora de acercarse y de actuar en las aproximaciones.
Yo estoy convencido de que, por timidez, dejamos pasar una y otra vez muchas oportunidades en la vida, porque preferimos quedarnos en la zona de comodidad: ese lugar parecido al desierto, donde imaginamos las cosas en lugar de hacerlas. A la zona de comodidad la fabrica nuestro cerebro para protegernos de nuestros fantasmas. Como sabrán a esta altura de sus vidas los fantasmas no existen; sin embargo, uno muchas veces se comporta todo el tiempo como si realmente existieran. Los fantasmas más comunes son:

1º) El temor al ridículo;
2º) El temor al rechazo;
3º) El temor a no saber qué decir en el momento adecuado.

Voy a hablar en algún momento de qué forma podemos combatir a cada uno de estos tres fantasmas de forma particular.
Seguramente, todos tenemos almacenados en nuestra memoria momentos en los que actuamos con la confianza de verdaderos Lobos; y creemos que eso fue producto de la iluminación que tuvimos ese día, o de la suerte tal vez, o de las circunstancias, o de la persona que teníamos en frente. La verdad es otra: en ese momento tuvimos la confianza suficiente para establecer un lazo comunicativo efectivo, porque supimos enfrentarnos a nuestros temores. Lo cierto es que nuestra memoria se niega a recordar bien ese momento, para justificar nuestra actual inacción. Nuestra mente nos intenta boicotear los recuerdos todo el tiempo para encontrar justificaciones de sus actuales acciones. A ver si me explico mejor, yo no estoy diciendo que vayamos, y le demos charla a cuanta mujer nos mire en el camino; lo que digo simplemente es que, podemos iniciar charlas en todas las circunstancias que queramos, siempre y cuando tengamos en claro y despejada nuestra mente para saber lo que queremos y de lo que somos capaces. Depende de nosotros, de nadie más. Cuando uno lleva quizás, no sé, digamos, siete meses sin tener un contacto con una mujer (supongo que a las mujeres les debe pasar lo mismo con los varones) a uno se le nota a la legua la falta de entrenamiento. Si en estas situaciones uno intenta iniciar una conversación, empieza a transpirar, se desenvuelve algo torpe, o simplemente su mente comienza a divagar. Cuando uno charla diariamente con mujeres, se desenvuelve fresco, natural, espontáneo, porque tiene un amortiguador que lo respalda. Nuestro lenguaje corporal habla en todas sus dimensiones, y transmite mucho más de lo que pensamos o sabemos conscientemente.





Ayer leía un libro del psicólogo norteamericano Daniel Goleman, que decía que según un estudio hecho en la Universidad de Harvard, el 90 % de los mensajes emocionales es de naturaleza No verbal. Escucharon bien: el 90 %. Esto quiere decir que, si ponemos una adecuada atención a lo que la otra persona nos está diciendo con su cuerpo, podemos llegar a establecer con ella lo que los psicólogos llaman un Rapport, o sea, una sintonía con sus emociones, para poder desarrollar una charla amena, confiada y desinhibida (ya hablaré de qué forma podemos establecer un buen rapport). Las emociones de los mensajes No verbales se manifiestan a través de: expresiones faciales, tono de la voz, gestos, movimientos de manos, etc.
La verdad es que, la única respuesta para entender el origen de los tres fantasmas antes descritos se responde desde un solo lugar: la falta de confianza. A ver, yo sé que probablemente haya algunos que tengan problemas que tratar más bien con un psicólogo (aclaro, por las dudas, que yo no lo soy), pero la verdad es que muchos de nuestros temores son infundados, y que podemos dominarlos si realmente trabajamos seria y concientemente en ellos. ¿Sí?
Yo, por ejemplo, hace algunos años era incapaz de iniciar una charla con desconocidos en la calle. Sé que, la gran mayoría de las personas, tiene el mismo problema. Me limitaba a relacionarme con personas (no estoy hablando exclusivamente de mujeres) que pudiera conocer en la facultad, en el trabajo, o eventualmente en una biblioteca o en alguna fiesta. Hoy, no sólo soy capaz de hablar con cualquier persona en cualquier momento del día, sino que, en su momento, me lo impuse como un reto diario: hablar todos los días con una mujer desconocida. Cuanto más difícil le parezca una situación más deberían tratar de intentarlo y poner sus energías en vencer esos temores infundados. Sólo así, se puede abandonar esa zona de comodidad y los temores fantasmales. Si alguien tiene problemas en conocer gente en un boliche, por ejemplo, es allí justamente donde más debería trabajar: excepto que, por una decisión previa se autoexcluyan de hacerlo. Conozco algunas personas que tienen fobia a los lugares muy concurridos. Ok.





Hace dos años, inicié un camino que, les recomiendo emprender a todos aquéllos que tengan la fuerza de voluntad suficiente para probarse a sí mismos diariamente, o que sientan que, aún son demasiado tímidos para entablar charlas en cualquier sitio, y en cualquier momento con desconocidos. ¿Cuál es ese camino se preguntarán? Bien. Cuando vayan a una biblioteca, cuando viajen en subte, en colectivo, cuando se den permisos para ir al parque, al video club hablen, hablen y hablen: no se corten nunca. Nadie los va a maltratar, nadie les va a pegar, nadie los va a hacer sentir menos hombres de lo que son. Nadie creerá que son estúpidos o feos, o lo que fuere. Sólo hablen y dejen hablar a la otra persona. En principio, no importa tanto si consiguen o no el número de teléfono de una chica. La idea es que puedan ir adquiriendo poco a poco las habilidades sociales necesarias para sentirse más libres. Si ustedes no se ayudan, créanme que nadie lo hará. Vivan más tranquilos.




Tómense su tiempo para ir al supermercado o al kiosco de revistas. Cada vez que salgan a la calle, háganlo bien vestidos, no vayan en pantuflas, o despeinados y sin afeitarse, no sean una especie de Homero Simpson, que anda por la ciudad; y cuando se detenga una Caperucita delante suyo, involúcrenla en una charla. Claro que, cada situación es diferente y cada persona también lo es en algún sentido. No me gusta dar “recetas mágicas” porque no creo que realmente sirvan de mucho o que funcionen; pero lo que sí pueden es buscar sus temas de conversación para los momentos adecuados.




No importa si ya tienen novia, y creen que con ella ya se han sacado la lotería (tal vez así sea), o si están saliendo con alguien con el que están satisfechos; uno nunca sabe con qué cosas se puede encontrar en el camino. Hay que estar abiertos al mundo, no enjaulados como si fueran un chimpancé de circo. Digamos que tienen novia, está bien; yo no digo que hablen con ella con la intención de serle infiel a su pareja. No, no estoy sugiriendo eso. Hablo de que se permitan abrir puertas, de que escuchen qué cosas interesantes, la persona que tienen enfrente, es capaz de comunicarles. Qué posibilidades tienen de que ella, les aporte algo a sus vidas: tal vez ella, se pueda convertir en una gran amiga, ¿quién sabe? Si uno cree que las personas ya nada le puedan aportar a sus vidas, pues no deberían perder más tiempo en continuar leyéndome.
Bien. ¿Y qué decimos Sparrow ? Bueno, sin demorarme demasiado, lo que yo hago siempre es lo siguiente: Miro muy bien a la chica previamente, intento hacerme una idea de los que ella pueda ser, es decir, trato de adivinar qué tipo de actividad pueda desempeñar: si es estudiante, si es empleada, si es ambas cosas. Si es deportista, si es una persona alegre, entusiasta, etc. La mayoría de las veces no acierto, pero muchas sí, y me sirve para pensar previamente qué cosas serán las adecuadas charlar. Lo que busco es encontrar una adecuada calibración, para poder establecer un rapport. La charla se puede desviar hacia cualquier lado, no voy a negárselos, pero a mí, me da resultado el hacer un “examen previo”; por ejemplo, si la mina no es del tipo intelectual, trataré de no hablar de teatro isabelino, por ejemplo e ir realizando un encuadre previo. ¿Se entiende? Voy a disponerme para intentar buscar una conexión con su mundo. Hay gente que cree más en lo espontáneo...







¿Y si la vemos en la calle y no tenemos mucho tiempo para hacer calibraciones? Lo mejor, para mí, es abrir con una broma. Si pasea un perro, le pueden decir algo así: ¡“Uy, qué lindo cachorro (mientras lo acarician), que suerte que no saqué a pasear el gatito que tengo en casa!
Si está parada en la calle, pueden iniciar con cualquier cosa (lo dejo a su imaginación). Si está mirando una vidriera pueden acercarse de lado, o sea, mostrándole a ella el perfil suyo que más les guste (nunca vayan de atrás, por favor). También le pueden decir algo cómico, como: “Yo creo que esos zapatos te podrían hacer juego con ese bolso gigante” (observen su reacción. Si la asustan, sonaron, algo hicieron mal de entrada; pero si sonríe, pues acaban de sumar muchos puntos). Siempre acérquense con una amplia sonrisa, una actitud confiada y serena, y una alta energía. No vayan con las manos en los bolsillos o con los brazos cruzados, pues la chica lo tomará como una muestra de desconfianza de ustedes. Pongan primera, no vayan en tercera o quinta, pues eso, no les permitirá crear un buen rapport.

Nada más por hoy.
Un saludo a todos.

23 comentarios:

Gabriela dijo...

1º) El temor al ridículo;
2º) El temor al rechazo;
3º) El temor a no saber qué decir en el momento adecuado... hablen, hablen y hablen: no se corten nunca


1º) Ya estoy de vuelta de eso. Vivo haciendo el ridículo, es más no se si esa torpeza natural que tengo no se interpreta como una manera de seducir.

2º) Eso no lo tengo, puedo aceptar y enteder que no tengo la aceptaciòn de cuanto ser existe en esta tierra. Si a mi no me gustan todos (a pesar de tener todos los cositos esos qeu dijiste antes) no tengo por què gustarle a todos.

3º)Y yo que pienso que hablo demasiado... un dìa me van a poner una sopapa en la trompa.

Esta entrada igual la veo màs dedicada al arte de seducción masculino, lo que me preocupa porque en muchos aspectos me senti identificada. O_O


15 días si postear? ufa.

Jorge - cinenovedades dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo. El miedo al rechazo y el miedo al ridículo son problemas de falta de confianza, así de simple. A mi me pasa por ejemplo, que me cuesta iniciar conversaciones de una. Por ejemplo lo que comentas de ponerse como reto hablar con personas por la calle suena realmente interesante, unas cuantas veces lo he hecho, aunque obviamente no todas salen bien.

Coincido también en que el humor juega un papel importantísimo para comenzar una charla, creo que es lo que mejor va.

Excelente informe! Saludos!

P.D.: Me gustó el término "Licencia Blogueril", muy bueno!

El Señor F. dijo...

Todavía no leí el posteo, pero lo voy a hacer. Pasaba a avisarte que tuve que pensarla mucho, pero respondí tu pregunta....

Sparrow dijo...

Gabriela: Yo creo que, en hablar incoerciblemente, no importa tanto el cuánto sino el cómo; es decir, si uno habla como un periquillo (el varón) o como una cotorra (la mujer) terminará exasperando al otro. Hay que llevar un adecuado registro de las emociones que se generan en el otro, pues la idea es comunicarse, no impresionarlo o apabullarlo. Estoy observando mucho que, la mayoría de la gente habla como si los demás fueran su auditorio o su analista; y creen que, lo que ellos dicen, es más importante que lo que dicen los demás, y lo peor de todo es que se lo "dejan bien en claro a los otros". La idea de la comunicación es un "ida y vuelta".

Sí, yo hago la mayoría de mis posts pensando en algunos sujetos o prototipos particulares de varones que existen.

Un beso.

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Jorge: Yo estoy convencido de que debí haber estudiado psicología y no historia. La verdad es que hay que atreverse a dar los primeros pasos. Con el tiempo, si uno es disciplinado, constante y serio puede observar cambios importantes.
Si uno entra con una broma, ya sabe, al menos, de qué forma va a reaccionar a otras bromas que hagamos.

Un abrazo.


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Señor F. Ok.

Un abrazo.

Wonder dijo...

Hola Sparrow. Me gustó mucho tu blog.
Coincido totalmente en la importancia de la comunicación no verbal. El cuerpo habla mucho más que lo que decimos por la boca. Cada detalle habla por sí solo.
Por suerte, no tengo ninguno de los problemas que plantea. Sí entiendo que a veces cohíbo (justamente por no tenes esos "problemitas").
Está muy bueno el informe. Muchos tendrían que leerlo y estudiarlo de memoria.
Besos.

Sparrow dijo...

Wonder Woman: Hola, gracias y bievenida. No me digas eso licenciada, ya que por la boca decimos mucho, afortunadamente; sólo me refiero a lo que trasmitimos constante e involuntariamente con el lenguaje corporal; éste es en realidad, el que nos permite a los varones, una verdadera comunicación con las mujeres. Así como existe un "espíritu de las leyes" también existe un "espíritu de la comunicación entre los géneros": una esencia, por llamarlo de alguna manera. Más importante que, lo que se dice es el sentido de lo que se expresa, y de la forma en que se lo hace. Los niños, por ejemplo, buscan constantemente la mirada de la madre o el padre para saber si han hecho bien o mal algo. Yo creo que, cuando crecemos y nos volvemos más "racionales" perdemos un poco esa capacidad de interpretar esos signos. Las mujeres, siempre los manejan un poco mejor que nosotros.

Un beso.

Wonder dijo...

Sí Profesor, por la boca decimos mucho y lo manejamos más concientemente.
El cuerpo expresa todo lo que no sale por la boca y lo que se le olvida reprimir al Super Yo.
Hay que saber leerlo. Y hacerlo es todo un arte.
Beso.

El Señor F. dijo...

tan cierto, tan claro, tan simple...

y tan útil!!!!

pasate que tenés un premio!!!

OliverX dijo...

Me gustó el post. Es un verdadero ayudamemoria para tímidos.
Interesante lo del rapport, voy a prestar más atención a mis ocasionales conversaciones con mujeres. Es un buen ejercicio.

PD: Cierta tensión he detectado entre vos y Wonder Woman... estoy en lo cierto?

Sparrow dijo...

Oliverx: La vida para mí es un constante ejercicio, así la vivo.
¿A qué tipo de tensión te referís: intelectual, laboral, arterial, sexual? De esta última ya voy a hablar.
Yo no percibo nada. Seguramente te debe durar la resaca de anoche.

Un abrazo.

PD: En quince días vuelvo, más o menos.

no tan iguales dijo...

Me encantó tu artículo. Estoy completamente de acuerdo con la idea de que lo que más nos cuesta debe ser lo que más se ejercite. Y también con las infinitas posibilidades de ganar cuando se arriesga algo, en contra de la posibilidad nula cuando no nos animamos.
Saludos.

Sparrow dijo...

Señor F. Me olvidaba de ti. Muchas gracias.

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No tan iguales: Muchas gracias.
Saludos.

Claude dijo...

Todo esto me entretuvo un montón.
Yo me llevo mejor con desconocidos o desconocidas.
Antes era sociable con todo el mundo, pero llega un momento en que la gente se confunde o se vuelve muy demandante.
Entonces la cosa pierde la gracia y la espontaneidad: uno siente que se espera "algo" de uno, y eso es como una presión predeterminada.
En cambio, con la gente desconicida todo resulta mucho más fresco.
Además, no sé por qué, pierdo el interés por lo que ya conozco, aunque me siga gustando.
De la gente que conozco hace mucho, la que sigue despertando mi interés es aquella con la que nunca llegué a nada.

Sparrow dijo...

Hola Claude: ¿cómo andás tanto tiempo? Veo que te has cortado el pelo. Yo me hice hacer un primer plano, como verás en la fotografía y me cambié el nombre para ser un poco más internacional. Voy a continuar con "Poder y Sexualidad", y tal vez en septiembre arranque de nuevo con ese formato, haciéndolo desde cero; pero también tengo otros dos proyectos en la cabeza (dos blogs más), que no puedo aún empezar por falta de tiempo. Voy a volver a publicar en "Cuaderno de un seductor" recién el próximo miércoles; mientras tanto, si me permitís, y humildemente te sugiero las dos entradas sobre mentalidad que aquí publiqué. Creo que te pueden llegar a gustar.
Es lógico que, con la gente con la que no hayas llegado a nada, te obsesiones un poco; pero me parece que no vale la pena perder el tiempo en personas que no nos sepan apreciar. Creeme que, siempre, hay algo mejor que eso esperándonos por ahí.
Saludos.

Claude dijo...

Bueno, ahora sí que estoy confundido: ¿Cómo vas a continuar con Poder y Sexualidad... si ese blog te lo hackearon?
Personalmente no soy partidario de tener muchos blogs sino de tener uno solo variado (yo tengo varios pero en uno estoy como invitado y de los otros 3 uno es de archivos y otro de links, así que no publico en ellos, son sólo para mi uso personal).

Sparrow dijo...

Apreciado Claude:

Todo el material que está publicado en Internet lo tengo guardado en archivos. ¿Tan difícil es entender eso? ¿No se te pudo ocurrir esa idea antes de formular una hipótesis tan sinuosa?
Lo que no tengo, por el momento (y hasta septiembre, vuelvo a aclarar) es tiempo para poder hacer nuevos posts sobre temas tan complicados como los que se trataban allí; ya que la elaboración de cada uno de ellos, me llevaba entre dos y tres días de preparación. Pensá además que, al material trabajado, yo debía volver a leerlo una segunda y hasta una tercera vez antes de extraer los conceptos fundamentales para realizar posteriormente una transposición didáctica adecuada. Por otro lado, tengo tres posts más que no salieron publicados en su momento, por razones obvias. Los mismos son: La Formación de una sociedad Represora: Parte II; Introducción a las mentalidades: Parte III; y uno que, no terminé de escribir sobre la sexualidad en la Edad Media, basándome en los textos de De Marchi, que ya utilizara en otras oportunidades, y en el clásico de Foucault: Historia de la sexualidad. Además tengo muchísima información que estuve recopilando durante alrededor de 10meses. Tenía, por ejemplo, pensado hablar del complejo de castración en diferentes etapas de la cultura occidental, sobre la moral sexual durante los siglos XVII y XVII, etc.
Claude, te agradezco tu opinión sobre la forma adecuada de organización del material didáctico para el futuro blog; pero creeme que, como docente que soy, sé perfectamente cómo hacerlo.
Muchas gracias nuevamente.

Estas explicaciones, que creo habértelas dado en privado, sólo las doy aquí, en virtud de que sos una persona a la cual traté y frecuenté durante meses.
Me cansé de justificarme.

Saludos.

Wonder dijo...

Oliverx... ¿y la tensión era conmigo????
Me parece que te equivocás...
Besitos.

Stella dijo...

Holaaa!
Vos sos un gran timido, Sparrow, o solo lo fuiste?

Muy bueno el artículo, sirve tambien para las mujeres.

Un beso :)

Sparrow dijo...

Wonder: Tu intervención logró sacarme... una sonrisa.

Beso.


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Stella: No, no lo soy afortunadamente. Los mayores problemas que he tenido en mi vida se debieron a mi naturaleza demasiado pródiga que, aprendí a corregir con el tiempo; pero conozco muchísima gente tímida.

Beso.

Anónimo dijo...

Me gusta tu blog, es frescoo y tiene buena onda.

Besito.

el cuervo dijo...

me gusta la historia, me gustan las mujeres, me gusta la vida

Sparrow dijo...

Cuervo: Qué dupla de delanteros haríamos, maestro: el cuervo y el gorrión... pero yo juego por la banda derecha, tirado a la raya ¿sí?

Saludos.

Nikté dijo...

Ves? Esta clase no me hacía falta, yo hablo hasta con los gorriones del parque.
No problem.
Jajajajaja